1) Todas las abominaciones y blasfemias perpetradas por Pablo VI y todos sussucesores contra el Primer Mandamiento: ceremonias ecuménicas y participación encultos falsos, ilícitos o inválidos, llegando a reverenciar a falsos dioses.
2) Sustitución (oficial) de la Santa Misa por una ceremonia protestante (el Novus Ordo Missae) en el rito romano, y la alteración progresiva de los demásritos católicos válidos.
3) Alteración de la materia y la forma de los Sacramentos quedando los mismos viciados y dando lugar a cuestiones sobre suvalidez.
4) Promulgación del Código de Derecho Canónico de 1983, el Directorio Ecuménico, y el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica , plagados deherejías que aprueban sacrilegios contra la Santa Eucaristía y el Sacramento deMatrimonio, y la uni(ci)dad de la Santa Iglesia.
Pero no todos los tradicionalistas rechazan al actual ocupante de la Sede Apostólica , algunos, como los miembros de la Sociedad San Pío X fundada por el Arzobispo francés Marcel Lefebvre, y que desarrollan un apostolado paralelo al del "papa" al que reconocen como verdadero vicario de Cristo, basandose en el estado de necesidad que atraviesa la Iglesia. Pero tanto los sedevacantistas como los que sostienen la tesis de la “actitud prudencial” rechazamos por igual al Vaticano II y cualquier interpretación “a la luz de la tradición”. En virtud de esto no aceptamos la herética y perniciosa enseñanza del Vaticano II de que la Iglesia de Cristo meramente subsiste en la Iglesia Católica (Lumen Pentium). Esto es contrario a la Santa Doctrina que enseña que la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo.
Pero no todos los tradicionalistas rechazan al actual ocupante de la Sede Apostólica , algunos, como los miembros de la Sociedad San Pío X fundada por el Arzobispo francés Marcel Lefebvre, y que desarrollan un apostolado paralelo al del "papa" al que reconocen como verdadero vicario de Cristo, basandose en el estado de necesidad que atraviesa la Iglesia. Pero tanto los sedevacantistas como los que sostienen la tesis de la “actitud prudencial” rechazamos por igual al Vaticano II y cualquier interpretación “a la luz de la tradición”. En virtud de esto no aceptamos la herética y perniciosa enseñanza del Vaticano II de que la Iglesia de Cristo meramente subsiste en la Iglesia Católica (Lumen Pentium). Esto es contrario a la Santa Doctrina que enseña que la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo.
El ecumenismo que predica que las religiones no católicas sirven como medio de salvación, cuando fuera de la Iglesia Católica no hay salvación ni perdón de los pecados.
La libertad religiosa (Dignitatis Humanae), contraria a la realeza de Nuestro Señor Jesucristo en la sociedad, así como del mandato que él nos entregó de predicar la verdadera Fe.
La colegialidad, principio según el cual se alteró la constitución monárquica de la Iglesia querida por Nuestro Señor, colocando a la misma altura al Papa y al Colegio de los Obispos.Ahora bien, como todas estas enseñanzas y practicas no pueden venir de la Iglesia Católica queda en claro que hay una nueva Iglesia, la cual es ecuménica y modernista, en clara contradicción con la Iglesia de Cristo. En tanto la jerarquía moderna adhiere al Vaticano II ya no puede decirse que represente a la Verdadera Iglesia. Por eso podemos decir con Monseñor Marcel Lefebvre:
"Que la iglesia conciliar es una iglesia cismática, porque rompe con lo quela Iglesia Católica que siempre fuera. Tiene sus nuevos dogmas, su nuevo sacerdocio, sus nuevas instituciones, su nuevo culto, todo condenado ya por laIglesia en muchos documentos oficiales y definitivos.Esta Iglesia Conciliar es cismática, porque ha tomado como base para su actualización principios que se oponen a los de la Iglesia Católica , tales como un nuevo concepto de la Misa expresado en los números 5 del Prefacio (decreto) al Missale Romanum y 7 de su primer capítulo, los cuales confiere a la asamblea un rol sacerdotal que no puede ejercer; de igual manera el derecho natural — es decir, divino — de cada persona y de cada grupo de personas a la libertad religiosa. Este derecho a la libertad religiosa es blasfemo, porque atribuye a Dios propósitos que destruyen Su Majestad, Su Gloria, Su Reinado. Este derecho implica libertad de conciencia, libertad de pensamiento, y todas las libertades Masónicas. La Iglesia que afirma tales errores es por completo cismática y hereje. Esta Iglesia Conciliar no es, por lo tanto, Católica. En la medida en que el Papa, los obispos, sacerdotes o fieles se adhieran a esta nueva Iglesia, se separan ellos mismo de la Iglesia Católica”.Nosotros no tenemos opción: o estamos con Cristo o estamos contra él. Los Católicos fieles a la Iglesia Romana de siempre, a la Roma Eterna , rechazamos al Vaticano II y preferimos a Cristo y la fidelidad a su Iglesia, fuera de la cual no hay salvación, ni perdón de los pecados.
La colegialidad, principio según el cual se alteró la constitución monárquica de la Iglesia querida por Nuestro Señor, colocando a la misma altura al Papa y al Colegio de los Obispos.Ahora bien, como todas estas enseñanzas y practicas no pueden venir de la Iglesia Católica queda en claro que hay una nueva Iglesia, la cual es ecuménica y modernista, en clara contradicción con la Iglesia de Cristo. En tanto la jerarquía moderna adhiere al Vaticano II ya no puede decirse que represente a la Verdadera Iglesia. Por eso podemos decir con Monseñor Marcel Lefebvre:
"Que la iglesia conciliar es una iglesia cismática, porque rompe con lo quela Iglesia Católica que siempre fuera. Tiene sus nuevos dogmas, su nuevo sacerdocio, sus nuevas instituciones, su nuevo culto, todo condenado ya por laIglesia en muchos documentos oficiales y definitivos.Esta Iglesia Conciliar es cismática, porque ha tomado como base para su actualización principios que se oponen a los de la Iglesia Católica , tales como un nuevo concepto de la Misa expresado en los números 5 del Prefacio (decreto) al Missale Romanum y 7 de su primer capítulo, los cuales confiere a la asamblea un rol sacerdotal que no puede ejercer; de igual manera el derecho natural — es decir, divino — de cada persona y de cada grupo de personas a la libertad religiosa. Este derecho a la libertad religiosa es blasfemo, porque atribuye a Dios propósitos que destruyen Su Majestad, Su Gloria, Su Reinado. Este derecho implica libertad de conciencia, libertad de pensamiento, y todas las libertades Masónicas. La Iglesia que afirma tales errores es por completo cismática y hereje. Esta Iglesia Conciliar no es, por lo tanto, Católica. En la medida en que el Papa, los obispos, sacerdotes o fieles se adhieran a esta nueva Iglesia, se separan ellos mismo de la Iglesia Católica”.Nosotros no tenemos opción: o estamos con Cristo o estamos contra él. Los Católicos fieles a la Iglesia Romana de siempre, a la Roma Eterna , rechazamos al Vaticano II y preferimos a Cristo y la fidelidad a su Iglesia, fuera de la cual no hay salvación, ni perdón de los pecados.
Visto y Tomado del Blog amigo: http://sursumcordablog.blogspot.com
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