Si tuviéramos que elegir una palabra para describir al rey Luis IX de Francia, podría ser la de «justo». Durante su reinado prohibió la usura, comenzó un sistema de juicio con testigos en vez de batallas para determinar el veredicto, e instituyó los archivos escritos de la corte. Una vez en que tres niños fueron colgados por un conde por cazar conejos en sus tierras, el rey Luis ordenó que fuera juzgado por jueces ordinarios, no por otros nobles. Los jueces condenaron a muerte al conde. El rey Luis, que era tan compasivo como justo, conmutó la sentencia por la de una enorme multa, que hizo perder al conde la mayor parte de sus posesiones. El rey entregó entonces todas esas riquezas a la caridad.
El rey Luis fue conocido por su justicia, no por su juicio. Incluso cuando el juicio pudiera demandar la represalia más dura, como la muerte del conde, la justicia puede permitir la misericordia. Como el rey Luis, necesitamos saber cuándo se requiere el juicio... y cuándo debería prevalecer la justicia.
ORACIÓN DE SAN LUIS REY
Señor enséñame a ser generoso, a servirte como lo mereces, a dar sin medida a combatir sin miedo a que me hieran, a trabajar sin descanso, y a no buscar más recompensa que el saber que hago tu santa y divina Voluntad. Amén.
Señor enséñame a ser generoso, a servirte como lo mereces, a dar sin medida a combatir sin miedo a que me hieran, a trabajar sin descanso, y a no buscar más recompensa que el saber que hago tu santa y divina Voluntad. Amén.
(Compartimos aquí, algunas históricas imágenes de la solemne procesión en honor a San Luis Rey de Francia en la ciudad homónima en nuestro país)
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