¡Queridos lectores y amigos en Cristo y María!
¿Quién se hará cargo del hombre? ¿Quién es el samaritano que nos cargará sobre sus hombros para devolvernos la dignidad perdida por el pecado?
Hoy celebramos con profundo gozo a Cristo resucitado. Su muerte no es el final. Su muerte es semilla de una vida nueva. La última palabra la tiene la vida porque Él, Jesucristo, ha resucitado.
En la resurrección de Jesucristo la historia comienza nuevamente y con ella la creación entera. La humanidad vence el enigma más profundo y lacerante de su existencia y de su historia: el enigma de la muerte. Por eso, en la resurrección de Cristo la libertad se orienta, la esperanza se ilumina y la vida adquiere sentido.
Esta es la noche –día- de la libertad.
Esta es la noche –día-de la esperanza.
Esta es la noche –día- de la vida.
I
ESTA DE LA NOCHE DE LA LIBERTAD
¿Puede resonar este anuncio en un mundo que hace un culto de la libertad? ¿Tienen sentido proclamarla cuando la vivimos tan plenamente? Pero, ¿la vivimos plenamente? ¿Es plena una libertad que nos deja vacíos, que nos empuja al sinsentido, que nos arrastra a la dependencia? ¿Es humana una libertad que deja en su caminar a tantos jóvenes esclavos de sus instintos, alejados de sus familias, entristecidos en su violencia incontrolada? ¿Es dignificante una libertad que alimenta el egoísmo, que excluye al prójimo, que promueve el tener a costa del ser? ¿Es verdadera la libertad que desde una mirada dirigida sólo a los derechos no asume el deber de hacerse cargo de nuestros actos?
Cristo resucitado, con sus llagas gloriosas, es el testimonio irrecusable del valor de la entrega, del amor, del sacrificio, del don de sí. Cristo resucitado es el grito gozoso del triunfo de la verdad que libera a la libertad. Cristo resucitado es la invitación más bonita que puede recibir hombre alguno a ser un hombre verdaderamente libre. Cristo resucitado es el sí del Padre a la libertad del hombre. Él, el Cordero entregado al matadero sin queja alguna, es el Cordero victorioso que abre el libro de los sellos de la vida.
II
ESTA DE LA NOCHE DE LA ESPERANZA
La noche es testigo de muchas escenas de pecado y de muerte entre los hombres: robos, injusticias, engaños, infidelidades, lujurias, borracheras, mentiras.
Pero esta noche se ilumina porque ella es testigo de la luz. Como la noche de la creación, como la noche del Éxodo, como la noche de la encarnación, como la noche del nacimiento.
Esta noche conoció, solo ella, el momento de la resurrección de Cristo entre los muertos. Por eso nosotros velamos. En la celebración litúrgica de la Pascua , Cristo resucitado nos invita a revivir la noche de la resurrección y la Iglesia , su amada esposa, vela con Él. Y al renovar el misterio inmenso del triunfo definitivo de la vida en Cristo, también hoy, en toda la superficie de la tierra, en todos los templos esparcidos por el mundo en los que las comunidades se han reunido para celebrar esta Vigilia, la Iglesia canta: “Esta noche ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”.
III
ESTA ES LA NOCHE DE LA VIDA
En la noche del Éxodo quedó sellada la fidelidad de Dios con su pueblo Israel. Fidelidad a la vida. En la noche de
¡No temamos! Jesús ha resucitado. También nosotros debemos abrir los oídos y el corazón ante la proclamación del triunfo de la vida. Porque Dios es el Señor de la vida y no nosotros.
En esta Santa Noche nos unimos a los ángeles que entonan el Regina Coeli Laetare a la Virgen Madre que hoy exulta de gozo y alegría ver el Triunfo final y definitivo de su Hijo resucitado.
Y por último queremos desearles a nuestros benefactores, fieles, amigos y lectores de este blog, una Feliz Pascua y que Cristo Resucitado nos de la fortaleza para continuar combatiendo contra el poder de las tinieblas.
En la sacristía |
Procesión de entrada |
Bendición del fuego nuevo |
Bendición del cirio pascual |
Procesión con el cirio pascual |
Lumen Christi |
Encendiendo las velas con fuego del cirio |
Lectura de las profecías |
Letanía de los Santos |
Renovación de las promesas bautismales |
Inicio de la Santa Misa |
Durante la consagración |
Ecce Agnus Dei |
Durante la Comunión |
Bendición final |
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