Por otra parte, otros versículos en la Escritura son entendidos por la Iglesia en sentido literal. Por ejemplo:
S. Mateo 26, 26-28: “Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad y comed, éste es mi Cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: Bebed de él todos, que ésta es mi Sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados”.

Por lo tanto, la cuestión es: ¿Cómo entiende la Iglesia católica las palabras de Jesucristo en S. Juan 3, 5 – “En verdad, en verdad te digo que quien no renaciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos”? ¿La Iglesia católica entiende estas palabras tal como están escritas o de una manera distinta? ¿La Iglesia católica entiende estas palabras en el sentido de que cada hombre debe nacer de nuevo del agua y del Espíritu Santo para salvarse, como dice nuestro Señor? La respuesta es clara: toda declaración dogmática que ha emitido la Iglesia católica, sin excepción, que trata de las palabras de Ntro Señor en S. Juan 3, 5, ella la entiende literalmente, tal como están escritas.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo”, 22 de noviembre de 1439, ex cathedra: “El primer lugar entre los sacramentos lo ocupa el santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual pues por él nos hacemos miembros de Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y habiendo por el primer hombre entrado la muerte en todos, ‘si no renacemos por el agua y el Espíritu’ como dice la Verdad, ‘no podemos entrar en el reino de los cielos’ (Juan 3, 5). La materia de este sacramento es el agua verdadera y natural”[2].

Papa Paulo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5), sea anatema”[3].
Papa Paulo III, Concilio de Trento, can. 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que el bautismo [el sacramento] es libre, es decir, no necesario para la salvación (Juan 3, 5), sea anatema”[4].
Papa Paulo III, Concilio de Trento, del pecado original, sesión V, ex cathedra: “Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte (…) para que en ellos por la regeneración se limpie lo que por la generación contrajeron. ‘Porque si uno no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios (Juan 3, 5)”[5].

Papa Gregorio IX, Cum, sicut ex, 8 de julio de 1241, a Sigurdo de Nidaros: “Como quiera que, según por tu relación hemos sabido, a causa de la escasez de agua se bautizan alguna vez los niños de esa tierra con cerveza, a tenor de las presentes te respondemos que quienes se bautizan con cerveza no deben considerarse debidamente bautizados, puesto que, según la doctrina evangélica, ‘hay que renacer del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5)”[7].
Notas: [1] Denzinger 1788. [2] Denzinger 696; Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 542. [3] Denzinger 858. [4] Denzinger 861; Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 2, p. 685. [5] Denzinger 791; Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 2, pp. 666‐667. [6] Denzinger 102, adición autentica al canon 3. [7] Denzinger 447.
No hay comentarios:
Publicar un comentario