En especial es empleado por el párroco y demás oficiantes como lugar para realizar las preparaciones necesarias y para cambiarse antes y después de la misa. La sacristía está habitualmente al cargo de un sacristán
Cajonera para guardar las casullas |
La sacristía, aunque en sentido estricto no forma parte del conjunto litúrgico, juega un papel importante en la preparación del culto y en su digna realización. La sacristía mayor consiste en una habitación a modo de capilla que incluso puede tener un altar fijo. Debe ser espaciosa y se situará cerca del presbiterio o de la entrada de la iglesia. Es habitual construirla detrás del altar mayor. Sería deseable que hubiese otra sala cerca de la puerta de entrada a la iglesia, para cuando haya procesión de entrada.
El motivo central de la sacristía mayor puede ser un crucifijo o alguna otra imagen sagrada. Habitualmente, los clérigos y los ayudantes veneran esta imagen antes y después de las celebraciones litúrgicas. Es conveniente que haya, para información de los celebrantes visitantes, una cartela con los nombres del Papa y del obispo diocesano, y con el título de la iglesia. En la puerta de acceso a la iglesia debe haber una pila de agua bendita. También, junto a esta puerta, puede colgarse una campanilla para avisar al pueblo cuando una procesión vaya a hacer entrada en la iglesia.
Al diseñar o renovar una sacristía se deberían tener presentes los siguientes detalles: una mesa o un banco espacioso para extender los ornamentos, armarios y cajones grandes para guardar los ornamentos sagrados, una caja fuerte para los vasos sagrados y la llave del sagrario, un lavabo, toallas, un lavabo pequeño con desagüe directo a la tierra (sacrarium), un sitio donde guardar el pan y el vino para el sacrificio eucarístico, una estantería para guardar los libros litúrgicos, un reloj, un soporte para la cruz procesional, un sitio para reservar la Eucaristía durante las ceremonias de Pascua, y un armario o sitio decoroso para los santos óleos, si no se guardan en el baptisterio. Un espejo, para que los ministros y ayudantes puedan verse vestidos, es también importante que exista.
En la «sacristía de trabajo» debería haber un lavabo grande con agua caliente y fría, una mesa para planchar y una plancha, un lugar donde recoger una aspiradora y material de limpieza, más un mueble donde almacenar los candeleros, los candelabros, la base del cirio pascual, las figuras del belén y accesorios tales como: velas, lámparas votivas, repuesto para lámparas de aceite o de cera, incienso, carbón y las palmas del año anterior; también sería práctico tener un refrigerador. En la sacristía o cerca de ella, debe haber una zona para guardar y encender los incensarios. Los ayudantes y el coro deberían tener una habitación separada para cambiarse.
En la sacristía se tendrán en cuenta los mismos principios de limpieza y de orden que son esenciales en el cuidado de la iglesia. Habrá que tener un especial cuidado en la conservación de objetos decorativos, vasos sagrados y ornamentos que hayan sido heredados del pasado, excepto los de escaso valor que no vale la pena reparar o restaurar. Quienes están en la sacristía, antes o después de la celebración litúrgica, deben guardar silencio o en hablar en voz baja.
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